..."Pero, ¿por qué la aventura? ¿Por qué esta terca chiquillada, surgida de un romaticismo trasnochado?... Porque ahí está la vida que revienta pese al hormigonado y aspira a la prodigalidad, porque nadie renuncia a ella y todos la deseamos, sea cual sea la edad, clase o ambiente a que pertenezcamos; porque desconfiamos de una desesperación hecha a medida y demasiado confortable para ser realmente desesperada, y porque nuestro único saber es, de entrada, la incertidumbre... Más allá del optimismo y del pesimismo, más allá de los sistemas y de sus apriorismos, está el acontecimiento: la presunción, la espera de instantes turbadores, el ansia de ir al encuentro de todo, la prioridad dada a los impulsos ilógicos que nos trastornan... Hay que romper la apropiación de las grandes hazañas por un puñado de personajes... Debemos estrangular con ambas manos, apenas brota, la necia e innoble idea de que ya no queda nada por descubrir, nada por vivir...
...Decir que la aventura existía antes -como si solamente pudiéramos conservar unas cuantas letras de la palabra- o, lo que equivale a lo mismo, que surgirá como un maremoto en cuanto concluya la Revolución, es practicar un sutil terrorismo, intentar imponer una visión única del mundo social, es, irremediablemente, desalentar mediante el poder de un enunciado toda clase de experimentación"...
Extret de La aventura a la vuelta de la esquina, de Pascal Bruckner i Alain Finkielkraut.
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